Ingeniero Jorge Newbery despidió las actividades de la Escuelita de Fútbol y en ese marco José María Aspiroz confirmó su alejamiento de la institución albirroja a la que está ligada siendo adolescente. El profesor contó parte de su historia en el club, subrayó la importancia del fútbol formativo y estimó la presencia de las familias en las entidades de bien público.

“El balance siempre es bueno porque se sumaron chicos y participamos de los encuentros”, sintetizó sobre lo que deja el 2025 y lamentó que el único que no se hizo en el año fue el de Ingeniero.
“No voy a seguir”, confió Aspiroz que emocionado contó: “los colores van de generación en generación. Desde muy chico juego en Ingeniero y empecé a involucrarme; con impases estuve en la pileta, en inferiores y la escuelita. Soy hincha de ingeniero y simpatizante de River. De a poco me fui enamorando del club porque me gustaba ver cómo fue creciendo y siempre intentando ayudar”. 

Consultado sobre por qué prefirió trabajar especialmente en la Escuelita -aunque en el último año y medio se hizo cargo de la Primera femenina- subrayó que “lo lindo que tiene es la no competencia. Ver el cambio y la maduración de los chicos y lo que se logra futbolísticamente”.
“Verlos en inferiores y luego, los que llegan, en Primera es emotivo porque algo de lo que tratamos de enseñar quedó”, subrayó luego.

“A la comunidad hay que decirle que los clubes son fundamentales. Son un sostén, quita a los chicos de los males que pueden encontrar en la calle o son el descuelgue de la tecnología”, enfatizó Jose Aspiroz que pidió “a las familias que apoyen y se acerquen porque los clubes tienen infraestructura y capacidad, y siempre se necesita gente. No es poner plata, es poner tiempo, acercarse y colaborar, y eso va a darle más cosas a los chicos”.