Laura Rodrigo participó del mundial de Maxi básquet que se disputó en Mar del Plata. La deportista local, radicada en Bariloche, contó cómo fue la experiencia y cómo vive a través de la pelota naranja.   
Sobre el certamen, en el que terminó 3° en la categoría +40, Laura contó que “estuvo impresionante porque hubo un montón de equipos de distintos lados y de gente dando vuelta. El maxibásquet tiene, además de lo deportivo, la parte social y está pensado para que todos los países sociabilicen. La experiencia es increíble, y jugar un mundial representando a Argentina es doblemente lindo, nunca pensé que podría suceder hasta que pasó”.
“El nivel fue bastante parejo. En mi categoría Chile llevó un equipazo y estaba a otro nivel; después nos enteramos que tres son profesionales y aún están jugando”, analizó.
“Jugar con Mechi (Mercedes, su hermana mayor) fue muy lindo. Argentina Femenino es el único país que presenta seleccionados. Mercedes, como no pudo venir al último entrenamiento, le tocó estar en el C pero podría haber estado en los otros por su nivel. Cuando nos tocó jugar en contra le pedí al entrenador que no me hiciera marcarla porque cachetear a una conoces una que no conocés no es lo mismo que a tu hermana pero igual estuvo divertido cuando la tuve que defender… fue muy linda la experiencia, queríamos jugar en el mismo equipo pero no se dio así que ahora estamos buscando la posibilidad de jugar juntas en el mismo equipo porque por edad podemos”, contó.
“Para mí el básquet es desconexión, es lo que me ayuda. Si no juego no descargo y no puedo dormir, entonces lo uso para no usar psicólogo. Es un cable a tierra, desconectás aunque entrene dos veces a la semana y haga gimnasio. Es mi cable a tierra, mi momento”, revelo.
“Te mantenés activo, te cuidas con la comida y haces en cosas en post del deporte. El Maxi te permite jugar hasta +70 así que me quedan 30 años más, se entusiasma”, dijo sobre la importancia del deporte.
“Recién ahora las chicas compiten en una Liga. Nosotras teníamos el CEF y lo único que teníamos eran los Bonaerenses, entonces nos preparábamos para eso. Yo siempre hice deporte por hacerlo porque nunca tuve competencia por eso ahora es seguir; tengo compañeras que sí jugaron competitivamente y el mío era entrenar por entrenar”, comparó.
“Con el Maxi tenemos torneos todo el año pero hay que organizarse en la diaria y tener los recursos”, indicó. 
“Siempre estuve conectada al deporte: cuando vivía en La Madrid hacía de todo, cuando me fui a estudiar bajé un poco la intensidad porque en La Plata no había mucho básquet y ahora, en Bariloche, empezamos a armar el grupo, al principio nos pagábamos hasta la cancha y ahora nos ayuda el Municipio”, detalló.        
“Voy a seguir ligada porque me sirve para desconectar, como cable a tierra”, dice sobre su futuro la menor de las hermanas Rodrigo.
“Siempre el básquet femenino la tiene que remar de atrás, eso de base pero si me pongo a pensar que cuando vivía en La Madrid solo los varones jugaban federados y para las mujeres estaba el CEF y jugábamos los Bonaerenses; ahora las chicas tienen la posibilidad de jugar la Liga y quieras o no hace que suba el nivel del juego”, marcó.
“Lo que aprendimos y desarrollamos fue un poco a la que te criaste porque no tuvimos una formación regular de fundamento y de un montón de otras cosas, y se nota las falencias con respecto a las que sí la tuvieron por eso trato de seguir aprendiendo y ponerle actitud para que vaya saliendo”, enfatizó.
“Hoy el básquet femenino está un poco más desarrollado pero le falta muchísimo. Falta que lo pongan como prioridad. Acá nosotros tenemos prioridad y no como pasa en otros lugares que les dan horarios en que no muchas tienen posibilidad”, apuntó luego.
“Está mejor pero le falta muchísimo”, sintetizó Laura Rodrigo y subrayó que “hay que seguir dándole rodaje” al deporte femenino.
En el básquet “siempre se está aprendiendo”, sostuvo Laura y explica que “los años de cancha te dan una ventaja y otra prestancia, y por ahí sacás a una chica más chica por las experiencias pero nunca dejás de aprender y de probar cosas nuevas. Siempre intentás mejorar pero no me vuelvo loca, trato de hacer lo posible y de aportar”. 
“Es un deporte hermoso, apasionante. Por ahí tenés dos o tres ataques malos y enseguida te ponés en partido”, reveló sobre por qué le atrae tanto la disciplina.
Mercedes, Laura y Diego Rodrigo “mamaron” el deporte desde muy pequeños. “En casa siempre estuvo presente, hacíamos de todo. Desde atletismo hasta softbol, hemos hecho cualquier cosa, un montón de cosas. Es por herencia del viejo”, mencionó. 
“No me imagino la vida sin deporte, dejar de jugar. Jugaré hasta que el básquet me abandone a mí porque yo no lo pienso abandonar… me metí en esto del maxi básquet y le digo al Tano, mi marido, que me quedan 30 años más. Para mí es un estilo de vida seguir ligada al deporte y no me imagino llevando a los chicos a hacer deportes y yo no haciendo nada”, recalcó.
Laura tiene dos hijos: “Francesco, que juega al fútbol, e Isabella que tiene mucha facilidad pero todavía no se decide por un deporte”, revela. “Los llevamos a todas las actividades y se los inculcamos porque el deporte te enseña para la vida”, sostuvo.
“El deporte es un estilo de vida que te ayuda a integrarte. Está bueno para la salud mental y para la salud física… hagan deporte, no se van a arrepentir; y si es grupal mucho mejor, te da pertenencia, tus compañeros cuentan con vos y vos con ellos. El deporte es algo hermoso”, cerró Laura a modo de consejo para las nuevas generaciones.