Relatos de la vida de un pueblo de campo. Segunda parte
23 de julio de 2015

 Así hacia todas las cosas.- Una noche estando en mi casa, que era al lado de la policía se sintieron unos gritos que parecían “vivas” y como se temía una revolución, salió corriendo, llevándose una silla por delante que le obstruía la puerta.- En vez de sacarla y salir, más atropellaba y gritaba “tromba toque tropa a formar con las armas” etc.- Resultó que eran unos tres borrachos que iban cantando y gritando.-  

     Otra noche lo encuentro en la calle que iba caminando y en cuanto me vio, me dice “me vienen a asaltar la policía, “ves el telegrama”.- El telegrama era imposible verlo porque no había luz y el viento fuerte que había impedía leerlo con fósforos.- Pude calmarlo y hacerlo entrar en el zaguán de casa y allí leí el telegrama que decía que unos individuos habían impedido con armas  en la mano que dos coches con gente se dirigían de La Colina a La Madrid.-

     Resultaba que amigo del Dr. Federici sabiendo que este venía desde La Madrid a La Colina y suponiendo que en los coches que salían para La Madrid iban elementos del Dr. Salcedo para asaltarlo a Federici no lo dejaron pasar.-

     No pude convencerlo, se fue con toda la policía a La Colina y se lo trajo preso y con esposas al Dr. Federici.-

     Al día siguiente estando yo con la Policía lo puso en libertad a Federici. Produciéndose este diálogo “Lo que no le perdono comisario es que anoche me haya puesto las esposas como a un criminal”. “Quién le puso esposas? No es cierto yo no le puse esposas, quiere que llame al Sargento para que diga delante del Dr.  Si yo le puse esposas”.- “No Comisario, por favor no llame al Sargento ni a ningún otro testigo” “Me puedo retirar” “Vaya tranquilo Dr. Federici y tenga la seguridad que la policía no lo va a molestar”.-

     El Doctor Federici era un médico italiano, joven y muy preparado, que como no había revalidado el Doctor Saturnino Salcedo, en forma incorrecta quería hacerlo salir de “La Colina”.-

     Como el Dr. Federici tuvo que renunciar al puesto de medico municipal y de policía que ejercía en La Colina, yo solicité al Intendente Cornelio Alduncìn, que me nombrara a mi, pues yo era el Médico de policía y municipal del partido.-

     Una noche se me presenta en mi consultorio el Doctor Saturnino Salcedo a preguntarme si yo había solicitado el puesto, pues el había traído una recomendación para el Intendente y quería saber si era cierto lo que él le había manifestado.-

     Le dijo que efectivamente yo había reclamado el puesto, que sentía mucho el no haber sabido antes que él lo deseara, que si me llegaba a cansar de los viajes no tendría inconveniente en avisarle.-

 


       “Caramba Doctor” me dijo “Cuánto siento pues yo tenía mucho interés en el puesto” “Como podríamos arreglar y después de varios rodeos me salió proponiendo que si lo hacía nombrar, él me daría la mitad de las entradas del puesto.-

     No lo dejé terminar, me paré y le dije “Ud. ha visto mal mis chapas”  “Soy médico y no comerciante” “le ruego que se retire”.- Así conocí a este tipo que después llegó a ser hasta Diputado Nacional.-

     Tenía un diario en La Colina, donde comenzó a caerme con el Hospital que lo llama “Don Mariano”.-

     En uno de los cuadernos de recortes tengo casi todos los artículos en que me caía.-Me pasó un hecho muy lindo.- Había dejado de pertenecer a la policía un tal Vedoya, que era escribiente y según Aguirre Paz un excelente muchacho.- Una noche lo encuentro en la plaza y nos pusimos a conversar  y le    dije: dígame Vedoya  Vd. que ha estado en la policía no conoce alguno de esos tipos capaz de pegarle una pateadura a Salcedo”.-“Yo le enseñaría como tienen que hacer para que no le hagan nada” “Como no doctor le voy a buscar uno”.- Enseguida lo invitó a ir el día siguiente a La Colina en el sulky, pero me dijo que no podía porque se iba a Olavarría.-

     Cuando llegué al otro día a La Colina fui a la Farmacia donde iba siempre, era un gringo amigo de Federici, que no me acuerdo del nombre “en cuanto me vio me dijo hoy está su amigo Vedoya en lo de Salcedo” “No sabe que ahora es su secretario” “Vd. que decía que era amigo suyo”.- Chica fue mi sorpresa con la noticia le había pedido al secretario de Salcedo que me buscara un tipo para pegarle una pateadura a Salcedo.-

     A la noche fui a la Estación a esperar el tren que venía de La Colina.- Al primero que vi fue  a Vedoya que enseguida se me acercó y me dijo:

“Doctor le tengo un tipo macanudo para lo que hablamos anoche” “Le agradezco mucho su empeño, le dije, pues anoche consulté con la almohada y he resuelto pegarle yo la pateadura, pues nadie lo va hacer mejor”.- Y me despedí.-.

     De esta plancha la única noticia que tuve fue que en el diario de Salcedo, me decía “el malo” “el apaleador” pero nunca se pasó.-
     
    JULIO 24 DE 2015

ALFREDO  E   CHISTE
alfredoestebanchiste@yahoo.com.ar
historiasdelamadrid.com.ar


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