Ayer se realizó la apertura del Congreso Nacional de Cannabis y Salud. Uno de los oradores principales fue el médico Marcelo Morante que habló sobre la ley y la importancia que tuvo La Madrid en el proceso hasta la sanción.
“Fue un camino largo y emocionante. El tema del cannabis medicinal fue esquivo en algunos momentos pero lo importante es que en el debate todos crecimos”, resumió sobre la normativa.
“Los médicos y la sociedad debemos entender que debemos construir conocimiento y sensibilidad respecto a ciertas situaciones”, planteó y recordó que antes del debate público “era difícil hablar de cannabis medicinal sin preconceptos ni prejuicios”. El profesional sostuvo que las claves del debate “son la educación médica, la educación comunitaria y la educación del paciente”.
“El cannabis como la morfina -recordó- comparte condenas y beneficios. Como médicos entendimos que debíamos salir de las paredes de la Facultad y que la sociedad tendría mucha importancia en la sanción”, dijo y repasó cuál fue el rol de General La Madrid en la discusión:
“Será porque siempre extraño a mi pueblo que me pregunté sino sería capaz de contestarle al directivo del SEDRONAR que dijo que la Argentina no estaba preparado para el debate del cannabis medicinal; vi en él valores solidarios que aportarían al debate. Por aquel momento mi hermano (Carlos) estaba en el Concejo Deliberante y se lo propuse: él me contestó “siempre me la complicás, ahora vas a venir a hablar de cannabis a La Madrid…” pero me pareció interesante. Como todo pueblo La Madrid tiene una plaza que es el corazón del lugar y recuerdo con emoción que la recorrí viendo el montón de bicicletas que había hasta llegar a la Municipalidad, eso significaba que el pueblo había entendido de qué se trataba el tema y que íbamos a comunicar adecuadamente y seguramente íbamos a encontrar una respuesta superadora; lo llamativo es que me encontré con el Párroco y en el abrazo me dijo “qué problema me vas a traer” pero lo interesante es que se animó a participar de esa jornada donde estaba el policía, mis maestros, mis pacientes y se empezaba a gestar un político distinto que es mi amigo (Martín Randazzo) y en su mirada yo sabía que de ese taller iba a ver algo superador”, repasó.
“Quizá no quede escrito en la historia de la ley de cannabis medicinal que fue un pueblo de apenas 9 mil habitantes el que pidió a través de su Concejo Deliberante el que modifique la ley”, completó Morante.
“Debemos entender que la ley recorrió desde la sensibilidad hasta llegar al Congreso y que ese político que se estaba gestando pensó en la comunidad y en el dolor de los que sufren, y se animó a plantear que La Madrid sea el primer cultivo de cannabis con fines medicinales. En aquel momento generó risas pero hoy muchos se pelean para ver si lo pueden hacer. Ojalá no se olviden de La Madrid y de mi amigo que trabajó tan profundamente para conocer los valores solidarios”, dijo luego.
También destacó el rol de los pacientes y las familias. “Me sorprende la capacidad de recuperación de las madres que se levantan ante cada golpe y ante la falta de respuestas. Las mamás no aben de rencores y reunió cada uno de los actores para ir al Congreso para que los políticos entendieran que la ley debe ser consensuada porque se necesitaba”, ejemplificó.
“El proyecto cannabis medicinal recuperó la parte más linda de la comunidad: entender cuando se nos habla del dolor”, prosiguió Marcelo Morante.
“La sociedad científica tiene que entender que este tema lo puso en agenda la comunidad y debe ser sensible; también los políticos deben entender cuando la sociedad les pide legislar sobre algo”, dijo.
“El espíritu de la Ley me gusta porque dice que va a haber una producción con estándares de calidad medicinal, que es muy necesario; dice que va a ser gratuito, eso habla de la solidaridad; dice además que va a apoyar la investigación. Debería ser facilitador del proceso y no una barrera, por eso el colectivo social debe ser el vigilador de la Ley porque no contempla el autocultivo o el cultivo solidario. Las Facultades deberán acompañar en este proceso para controlar la calidad y entender que los médicos deben acompañar”, analizó.
“El colectivo social se va a poner a trabajar por un mundo mejor y un mundo sin dolor”, concluyó Marcelo Morante.
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