En este momento de finales de verano, ya con el otoño en puerta, es cuando podemos prepararnos para pasar bien el invierno y aprovechar mejor la primavera.
1) Verdeos de invierno:
Todo febrero y también los primeros días de marzo es buena fecha para sembrar, avenas, triticales o cebadas forrajeras. Sobre rastrojos de trigo o cebada salen muy bien en siembra directa, y en primavera se vuelve a hacer agricultura (maíz, girasol o soja) con pocos problemas si se evitan pisoteos graves.
Si se logran bien pueden permitir muy buenas ganancias diarias desde abril hasta la primavera con dos novillitos o vaquillonas por hectárea. Y si el invierno es muy duro con un poco de maíz o cebada se complementa muy bien.
Es importante sembrarlos en lotes limpios de malezas y aprovechar para controlar la tucura que puede causar daños grandes cuando nazca.
Este forraje cuesta en total 55 kg de carne por hectárea y produce entre 150 y 200 Kg entre abril y septiembre, así que resulta un alimento bastante barato y de muy buena calidad.
2) Pasturas nuevas:
Así como es importante pasar el invierno bien con las categorías de invernada, es muy importante contar con buenas pasturas en primavera.
La segunda quincena de febrero y casi todo marzo es muy buena fecha para implantar una pastura que puede generar muy buenos resultados.
En el Partido de La Madrid está demostrado que las pasturas en base a alfalfa funcionan muy bien y son muy convenientes, sobre todo combinadas con pasto ovillo o festuca. Por ejemplo 8 kg de alfalfa más 4 o 5 kg de festuca o pasto ovillo puede ser una mezcla razonable. Si se agregan 80 kilos de fertilizante fosforado mucho mejor. Y mezclando 10 Kg de trigo se puede adelantar varios meses el primer pastoreo.
Una pastura así ya puede llevar más de un animal por hectárea en el primer invierno y hasta 3 por hectárea en la primera primavera, con muy buenos engordes.
Se puede esperar una producción sostenida durante los primeros cuatro años de vida, por lo que su costo de 130 kilos de carne por hectárea, aunque asusta un poco, equivale a 33 kilos por año. Y hay que esperar una producción de por lo menos 300 kg de carne por año, por lo que en definitiva termina siendo un forraje muy económico a pesar de la inversión inicial pesada.
Una superficie de buena alfalfa muy pequeña, un 3 o 5% del total de un campo de cria, hace una diferencia significativa y permite lograr cosas que de otra manera serían imposibles, como lograr mejorar una vaquillona parida en mal estado, engordar una vaca vieja o hacer un novillo gordo sin gastar en ración.
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