Llegó a La Madrid el joven estadounidense Leo Dulitzky Gilman que se contactó con las autoridades del Club Deportivo Barracas a través de las redes sociales y ayer se cristalizó el encuentro que sirvió para entrelazar aún más los lazos de amistad. Además, Leo cumplió con su promesa de donar botines.
Junto a su tía Liliana, su tío Darío y sus primos Lautaro y Eshel recorrieron el estadio Ciapina-Morante con los responsables del club del barrio Chino y se interiorizaron sobre la tarea social que cumple la institución.
La relación entre Leo y Barracas nació hace aproximadamente un año. La distancia (física) parecía imposible superar porque el chico de 14 años vive en Austin, Texas (EEUU) pero al ser su papá Ariel argentino tuvo la posibilidad de llegar hasta La Madrid para conocer “en vivo y en directo” lo que había aprendido del Lobo a través de Internet.
“Es una visita muy importante para nosotros porque es concretar un contacto que se estableció a través del correo electrónico y que nos llenaba de inquietudes y curiosidades”, contó Diego Rivada sobre la reunión.
“Me pareció espectacular la iniciativa pero siempre queremos que los que nos ayudan se lleven algo por eso la idea es que él (Leo) entienda lo que es el club”, apuntó.
Leo Dulitzky contó que “como parte de la preparación para mi bar mitzvah (especie de comunión para los chicos judíos) quería hacer algo relacionado al fútbol y la acción social, por eso me puse a investigar y contacté con Barracas”. El epílogo fue su viaje hasta La Madrid tras arribar al país y visitar a su familia en La Plata.
Pero para llegar a ese corolario, Leo primero habló con sus amigos, conocidos y con los jugadores del Club River City Rangers donde practica fútbol. Fue pidiendo ayuda y pudo juntar dos valijas con botines que ahora entregó al Deportivo.  
“Me llama la atención que todo se hace voluntariamente y no hay que pagar para entrar; allá hay que pagar”, detalló.
“Involucrarse con la comunidad, hacer cosas desinteresadamente, voluntad”. Palabras que reflejaron visitantes y anfitriones en una visita que da esperanzas a dos generaciones o muchas que a veces descreen en el otro y en su capacidad de conmoverse y moverse por los intereses de los demás.