Víctor Nieto lleva más de tres décadas trabajando como auxiliar en la Escuela N° 7 y el miércoles será el momento de decir adiós y acogerse al beneficio de la jubilación -en ese mismo momento también dejará su cargo oficialmente la directora Gladys García-. “Son muchos años trabajando en el mismo lugar, para mí es como mi segunda casa”, dice Víctor con un dejo de nostalgia.
“A partir de mañana jubilado”, cuenta. “Fueron 33 años, es un momento único porque todos estos años estuve en el mismo lugar y nunca tuve un problema con nadie, y yo los quiero muchísimo”, señala.
Comenzó a trabajar como auxiliar casi de casualidad porque no quiso entrar en el Banco Nación y le ofrecieron el cargo.
“Estaban Estelita y Clide”, recuerda. “En aquel entonces había poco personal en las escuelas ahora creció mucho. Con todas las directoras, las maestras y los chicos siempre me llevé muy bien… se va a extrañar”, confiesa Nieto que asegura que uno de los momentos que tal vez más atesore será “cuando los chicos, en los recreos, iban a comprar el sándwich de mortadela”.
“Fui aprendiendo de a poco. Al principio estaba como perdido porque en la cocina había dos tableros con todas las llaves y si te equivocabas al colocarla después tenías que revisar una por una, entonces le pedí permiso a la directora y construí el tablero que aún hoy se usa”, cuenta.
“Me llevo muchos y lindos recuerdos. La Escuela para mí es mi segunda casa”, insiste el ahora ex auxiliar.
“Me llevo miles de recuerdos. A mí me pedían que fuera un sábado o un domingo e iba, jamás tuve problemas con nadie. No somos porteros porque tendríamos que estar en la puerta únicamente y ahí hacés de todo: arreglar cosas, hacer mandados, llevar los registros y las tizas. Me encargaba de abrir la puerta todos los días y colocar las banderas…”, repasa.
Con la pandemia de Coronavirus Víctor Nieto dejó de asistir y este miércoles ya será oficialmente jubilado. “Por un lado mejor porque así no me voy a emocionar pero seguramente cuando pase todo estoy voy a ir a despedirme”, termina.